viernes, 21 de octubre de 2011

no pienso modificar ninguna fibra sensible....aunque duela
menos cerca estoy de cambiar lo lento y reflexivo para correr detrás de estas imágenes tan cambiantes y rápidas
y ni que hablar de burlarme de mi mismo cuando me sienta enamorado frente al espejo
no quiero ir en pos de capturar momentos que no perduren
para qué perseguir un modelo de belleza y de bondad???..

jueves, 10 de marzo de 2011

Nudo gordiano



Alejandro cortando el nudo gordiano, de Jean-Simon Berthélemy (1743–1811).


Al pensar que los conflictos tienen una sola manera de ser resueltos, transitamos el difícil camino de no encontrar la solución...la cual, en casi todos los casos, era sorprendentemente simple....inesperadamente simple.

La expresión nudo gordiano procede de una leyenda según la cual un campesino de Gordión (actual Anatolia) llamado Gordias llevaba sus bueyes atados al yugo con unas cuerdas anudadas de modo tan complicado que era imposible desatarlas. Éste hombre cumplió un augurio que promulgaba el hecho de que el futuro rey de Frigia vendría por la Puerta del Este acompañado de un cuervo que se posaría en su carro. Según las tradiciones, quien consiguiera desatar el nudo gordiano podría conquistar Oriente.
Cuando Alejandro Magno (356–323 a. C.) se dirigía a conquistar el Imperio persa, en el 333 a. C., tras cruzar el Helesponto, conquistó Frigia, donde se enfrentó al reto de desatar el nudo. Solucionó el problema cortando el nudo con su espada. Esa noche hubo una tormenta de rayos, simbolizando, según Alejandro, que Zeus estaba de acuerdo con la solución, y dijo: «es lo mismo cortarlo que desatarlo». Efectivamente, Alejandro conquistó Oriente.
Así, en español se utiliza la expresión «complicado como un nudo gordiano» para referirse a una situación o hecho de difícil solución o desenlace, en especial cuando esta situación sólo admite soluciones creativas o propias del pensamiento lateral.
También en español, «nudo gordiano» se suele utilizar para referirse a la esencia de una cuestión, de por sí de difícil comprensión, de tal manera que, desatando el nudo, es decir, descubriendo la esencia del problema, podremos revelar todas sus implicaciones.
El lema personal de Fernando el Católico, "Tanto monta", hace alusión a este nudo: lo mismo es cortarlo que desatarlo.

domingo, 29 de junio de 2008

Táctica y estrategia


En estos días en los cuales parecería que cada uno de nosotros prefiere priorizar la elaboración de un plan para llevar a cabo sus más ansiados proyectos a dejar fluir sus deseos, me animaría a profundizar en lo siguiente:

En todas las épocas, la humanidad se ha esforzado en trazar planes o estrategias para transitar su vida, para relacionarse con los demás (o para distanciarse de ellos), para conseguir alcanzar objetivos de la más variada índole…..y hasta para ser feliz.

Invocando a la guerra o al amor más intenso, distintos personajes han recurrido a tácticas y estrategias tan variadas como ocurrentes para alcanzar sus metas, dedicando tanto tiempo en idearlas y elaborarlas, que lograron al fin reducir los espacios de creatividad, intuición y espontaneidad a su mínima expresión.

Si hablamos de la guerra, el gran sabio taoista Sun Tzu decía unos 5 siglos AC: “…. quien libre cien batallas y consiga cien victorias no se le puede considerar como al más hábil de todos los comandantes. El mejor de ellos será aquel capaz de lograr la rendición del enemigo sin entrar en combate”.

Y si hablamos de amor, alguien más contemporáneo, pero no menos preocupado por trazar estrategias para enamorarse, como Mario Benedetti, ideó también cierto plan, diciendo:

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites

Me pregunto en qué contribuye reservar un espacio tan preponderante para predefinir aspectos tan importantes como simples de nuestra vida, como amarse o pelearse.

No estaremos, de esta manera, limitando nuestra creatividad, espontaneidad y frescura, llevándolas al terreno de la rigidez, inflexibilidad y aburrimiento?

Y si intentáramos dejar fluir nuestros deseos un poco más, y planificar un poco menos? Porque al fin de cuentas, lo aceptemos o no, la vida no es otra cosa que lo que nos sucede mientras planificamos…..

Ya lo decía Richard Bach en ‘Ilusiones’: el pecado original consiste en limitar el Ser. No lo cometas.